«Hic locus est, ubi mors gaudet succurrere vitae»
aquí está el lugar donde la muerte disfruta ayudando a la vida
inscripción en el viejo theatrum Anatomicum de Bolonia
Oración al cadáver desconocido
Al cortar con la rígida hoja de tu bisturí sobre el cadáver desconocido, te debes recordar que este cuerpo nacido del amor de dos almas, creció embalado por la fe por la esperanza incluida en el seno de su familia.
Sonrió y soñó los mismos sueños de niños y jóvenes, pero seguro amó y fue amado; descansó y vió mañanas felices, y sintió nostalgias por los que se fueron.
Ahora mientras está en la fría plancha negra, sin que por él se hubiera derramado al menos una lágrima, sin que tuviera un solo rezo.
Su nombre, solamente Dios sabe, pero el destino inexorable le dio el poder y la grandeza de servir a la humanidad, humanidad que por él pasó indiferente.
